Si Kirchner arrastra a Cristina hacia el callejón que conduce al vacío, no habrá más remedio, que examinar los sabios instrumentos de
la Ley de Acefalía. El Plan B.
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Kirchner podría ser comparado a un adicto al juego, que pierde una jugada, y redobla la apuesta para recuperar, vuelve a perder y vuelve a redoblar, y se va consumiendo sin ningún intento de frenar, y entender, como entiende un buen 5, que no todas las jugadas son para adelante. Diría Jorgito, es un "duro en el arte de arrugar".
Aunque los arrepentidos, los adictos a la caja en estado de abstinencia, ratas que huyen cuando el agua inunda la embarcación, atletas preparados para la mayor competencia olímpica en salto con garrocha, le soliciten a el Lupo, que abandone la idea de realizar el acto, este lo llevara a cabo, "moriré abrazado a la causa"
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El país se soluciona en 72hs, es cuestión de tomar la tamaña decisión de alejar a Kirchner del gobierno, de exiliarlo en algún país amigo, de proporcionarle una dosis de valium, una camisa de fuerza, o bien, darle un cubo rubix con el que se entretenga, para que ella, la afligida, pueda, al fin, hacer lo que quería: gobernar.
Lastima que la solución tenga características de utopía, “Excelente idea, olvídala” diría Oscarcito 'el turco' Wilde.
Sucede que esta enceguecido, obsesionado, no contempla siquiera la posibilidad de marcha atrás, caballerosa actitud la de crearle, a ella, todos los problemas.
A quien lo cuestione lo considera un tibio, un débil; no merecedor de ser participe de “la causa”, no debería sorprender, al fin y al cabo la confrontación, la lucha representada en las calles es la única forma que aprendió en su juventud de hacer política, basta con remitirse a Setentistas*.
Son como el quijote, ven conspiraciones por todas partes. Nadie les planea un golpe de Estado, barrabasadas del gigante de la inmunidad de opinión, Luisito D’Elia, brazo teatral del desquiciado, de carácter mesiánico, que en su intento de cavar la foza para los golpsitas, no hace otra cosa que arrojar la tierra hacia atras sepultando a Cristina.
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Debería Cristina, tomar el riesgo de las 48 hs necesarias para quitarse al muerto de la espalda, ya que cuenta, a su pesar, con los instrumentos constitucionales para alejar al marido de la habitación, acaso el máximo estorbo para su gobierno.
Llamar al patriotismo, pedir ayuda para formar una barrera, un Mascherano que le permita la defensa de su legitimidad, un alargue de los 45 min. ya cumplidos, en el goce de la representación, a fin de cambiar el malestar social. En 48hs girar 180º, deshacerse de los verdaderos yuyos, y simultáneamente nombrar un gabinete con personajes como Blejer o Lavagna (quien no se resistiría a volver a ocupar el rol de salvador), Reutemann y Solá podrían terminar el conflicto del campo en horas, uno reemplazando a Urquiza, el otro a Alberto F., que puedan darle fuerza, ordenar semejante escándalo y encauzar el río.
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Por el momento nada de esto sucederá, tal vez porque ella no se ve diluida por el marido, sino que por su propia y voluntaria adhesión, acompaña el proyecto del suicidio, del desplome total.
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Para las 18 hs de este día ya habrán hablado Néstor y Cristina, esta nota quedar desactualizada, y yo estaré escribiendo el PLAN B, al inicio mencionado…
*Setentistas, de La Plata a la Casa Rosada, de Fernando Amato y Christian Boyanovsky Bazán. Editorial Sudamericana
-el Figaro-
