De esta ambigüedad surgen dos argumentos:
a) No hay porque soportar un gobierno legítimo si este no obra en bien de la totalidad.
b) A los gobiernos se los elige democráticamente por 4 años, y se le renueva la confianza cada dos años en elecciones legislativas.
La cuestión es que llegué a la conclusión de que la sociedad no sabe manifestarse correctamente, y menos expresar su deseo en la manifestación.
Nuestra sociedad cae en errores a la hora de emitir el mensaje, se producen problemas de "interpretación" con respecto a lo que demandamos.
Es así, que cuando deciamos necesitar un presidente con cabeza, no nos referíamos a DUHALDE; y cuando gritamos que queríamos, al fin, poder votar a alguien con una mirada diferente, no era a KIRCHNER precisamente a quien nos referíamos.
Por eso, para las elecciones de 2009, y las posteriores de 2011, (si ‘la afligida’ llega) debemos ponernos de acuerdo a la hora de expresar nuestra voluntad, y nuestros deseos.
- Si pedimos un candidato a presidente que se meta a
- Si clamamos por una figura de peso, no queremos a Lilita CARRIÓ y sus sacros poderes parapsicológicos.
- Si queremos a alguien con mano dura, de ninguna manera nos referimos al tibio de la corriente Aire y Sol de SCIOLI.
- Si demandamos alguien que tenga algo en la cabeza, no es un quincho DE
– Por último, si nuestras pretensiones, son un candidato a presidente que se rompa el culo, no te estamos pidiendo que vuelvas a tus aventuras moteleras RODRÍGUEZ SAÁ!
-el Figaro-
*La imagen no tiene nada que ver con el post, pero me encantó.