Socialismo de S. XXI

martes, julio 08, 2008

��Qu�� debe hacer la izquierda del S.XXI?

Cada vez se vez mas pervertida y tergiversada la noci��n de izquierda en las sociedades, tanto latino americanas, como en las avanzadas europeas.

��Es que la noci��n de ���izquierda��� ha sido tan confundida en el pasado siglo por los capitalismos de Estado cubanos, como las atrocidades del Stalinismo, que la izquierda en este momento no encuentra un objetivo fijo de acci��n social?

La ligaz��n existente entre los reg��menes cubanos y los Estados de la ex uni��n sovi��tica nos inculcaron en la cultura latinoamericana la imagen de un monstro macro cef��lico con libertad de acci��n a trav��s solamente del gran Estado socialista, lo cual nos incita a mal interpretar la acci��n de la noci��n de izquierda de hoy.

Pensar en Izquierda en un contexto latino americano implica separar ���Izquierda��� de Marxismo, por el solo hecho de no cumplir en nuestras sociedades, las particularidades tanto materiales como subjetivas de revoluci��n y conciencia de clase en sociedades con un sistema capitalista tard��o e incompleto.

Si bien no es posible aplicar te��ricamente las nociones marxistas, esto no impide una revisi��n te��rica aplicable a nuestra realidad actual, existe la necesidad de refundar las bases de la izquierda latino americana sin ligarla a los errores de aquellos que levantaron el nombre del socialismo para un capitalismo de Estado, y aquellos que creen que con romper todo se la dan muy de zurdos.

***

��Cu��l crees que la misi��n de la Izquierda latino americana en este momento?

-Don Heraldo-

4 comentarios:

Unknown dijo...

Pete.
Me parece que hay un problema mas grave que la noción de Estado-estalinista Centralizado y totalitario. El problema es la asociación lógicamente necesaria que queda planteada en los discursos revolucionarios entre planificación centralizada y Justicia Social. No me refiero a lo que es economía, tambien hay política en esto. ¿Cómo olvidar el Centralismo Democrático Leninista?
El problema de la izquierda es que sigue pensando, cuando se enfrenta a la cotidiana tarea de ordenar lo social, en términos cuasi-cartesianos. Podemos ver dos casos de policy-making de izquierdas autóctonas: García Linera y Abal Medina. Los dos son los ideólogos de sus gobiernos, los dos piensan desde una matríz de izquierda setentista, los dos racionalistas-cartesianos (En honor a ud. pensé en un Boliviano y un Argentino).
Sin duda aparecerá ahora alguno diciendo "pero si K no es de izquierda...". Bien, estamos de acuerdo. Pero nadie puede negar que Abal Medina si lo és, y que ha influido e influye fuertemente en el nivel mas general y estratético de la toma de decisiones del gobierno. (Para el que no lo conozca, le dejo una entrevista de la nacion http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=837170)
En fin, en ambos casos el problema es el mismo: la necesidad de controlar los procesos democráticos hasta el extremo; a tal punto que las demandas de descentralizacion hacia niveles politicos inferiores les crean problemas enormes. Para uno el problema es la demanda por autonomía, para otro por un mayor federalismo. No puede entenderse el apoyo de Schiaretti al campo solo a partir de un oportunismo electoral.
Si uno se toma el trabajo de recordar los manuscritos, lo que le molestaba a Marx no era el intercambio del mercado (se puede presumir que en un estadio social comunista habría intercambios, porque finalmente los individuos serian libres de hacerlos), lo que le molestaba era la propiedad privada de los medios de produccion. No de las mercancias: de los medios de produccion. Sin embargo ningun ordenamiento socialista que haya al poder se animo a renunciar a la pasion de controlar todo. El mercado molesta porque lo que molesta es que haya niveles de decision con autonomia mas abajo, en la economia, pero no solo en la economia.

...

En definitiva, creo que este es un problema de la izquierda, no solo local, sino global. Necesita despegarse de un modelo jacobinista de construccion de la universalidad, necesita aceptar que hay cosas que no puede controlar. Mientras se mantenga el par de oposicion centralizacion-izquierda/descentralizacion-derecha seguirá siendo incapaz de organizar sociedades complejas satisfactoriamente...

Anónimo dijo...

Es interesante tu análisis, mitsein, pero (pregunto),
1) ¿cuáles son las pautas de la izquierda (así, izquierda a secas) que te hacen trasladar la necesidad lógica de la centralización económica socialista - que sí le es propia- a otra de centralización política? ¿No es esta útlima una cuestión más bien contingente? Quizá por mi torpeza, no he podido deducir la base de tu conexión en este análisis.
2) en esta misma línea, planteas al principio el error como falsa conexión entre planificación y justicia social (un problemilla más bien económico), pero inmediatamente retomas el análisis del problema partiendo del control de los procesos democráticos (trasladándote al ámbito político de un tirón, sin más).

Yo sigo sin encontrar la conexión, creeme. "El mercado molesta porque lo que molesta es que haya niveles de decision con autonomia mas abajo, en la economia, PERO NO SOLO EN LA ECONOMIA." (y en qué momento se produce necesariamente, sintomáticamente ese traspaso?)

No veo signos de enfermedad irrefutables ni novedosos, sí una historia de izquierdas malogradas.

Unknown dijo...

Gracias por los comentarios a mi comentario. No creo que se pueda argumentar lo suficiente en un espacio como este, pero vamos a intentarlo.

La formación de los discursos políticos es algo mas que una estrategia retórica por la cual se persuaden adherentes, es además la matríz cognitiva que produce las creencias que se toman como verdades en la acción política concreta. (Esto no es un aporte original mío, es una idea con bastante consenso en las Ciencias Sociales conteporáneas)
Dentro de los discursos político se pueden identificar estructuras (formas de relaciones entre sus elementos) que permiten hacerlos comparables y aventurar algunas generalizaciones. A su vez, estos discursos no salen por generación espontánea, sino que se inscriben dentro de una tradición de pensamiento, lo cual implica cierta continuidad.
Lo importante de los discursos es su manera de lidiar con lo inconsistente. En un momento dado, en una sociedad hay un discurso, pero diferentes proyectos políticos. Estos proyectos políticos tienen que articularse dentro de discursos en los cuales compiten con otros proyectos por posiciones de poder. El problema es que tanto los otros proyectos (articulaciones) y el discurso mismo siempre genera excedentes para un proyecto concreto. Por tanto cada proyecto se construye a partir de inclusiones y exclusiones. Agregaría que además el discurso existente ya en sí mimos tiene obstáculos, en cuanto a que la articulación de un proyecto no es un proceso totalmente voluntarista, sino que hay parámetros.
Es común, para los proyectos de izquierda y derecha la necesidad de realizar estas articulaciones, pero la forma en que manejan los procesos no son los mismos. En concreto, (y acá esta el punto clave) yo creo que la Derecha cuenta con una tradición que le ha permitido sostener una pluralidad de alternativas dentro de sus posibilidades. Ontológicamente, hay una diferencia radical entre el conservadurismo Burkeano y el liberalismo de Hayek. El conservadurismo de Burke es heredero de una tradición teológica trascendentalista, mientras que el liberalismod de hayek se para en la plena tradición de las luces.
El problema con la izquierda es que es no tiene tradición (ni la quiere). Nació con el iluminismo pre revolución francesa. De vez en cuando acepta un antecedente en espartáco, a veces un comunismo primitivo, pero todo pensamiento posterior es ideología pasada de moda.
En consecuencia, los proyectos de izquierda se manifiestan dentro de ontologías que les hacen dificil el manejo de las inconsistencias. En concreto, cada cosa existente es algo de lo que se debe desconfiar. Ahora, cada individuo es una fuente de incertidumbre, porque siempre tiene la raíz de demandas y proyectos alternativos, entonces es una amenaza.
El Gran Hermano Stalinista es el restultado último de tener a un proyecto de izquierda tratando de soportar el tedio de la comida servida en la mesa (el poder de tener que ordenar la sociedad todos los dias).
Normalmente, uno diría que una demanda de autonomía es una demanda de izquierda, después de todo acerca a el tomador de decisión a su elector, por lo que le quita margen de discrecionalidad. Sin embargo, García Linera sufre manejar la idea de que las decisiones serán tomadas en un nivel en que probablemente no tenga la misma mayoria, y necesariamente tendrá incertidumbre. Kristina tiene mayoría en el congreso, sin embargo evita pasar decisiones importantes por ahi, porque la figura del diputado individual le genera incertidumbre...

...

A modo de conclusión: Descartes decía que lo que hacía bueno a un conjunto de leyes no era las leyes mismas, sino que todas ellas tendieran al mismo fin. El problema de la izquierda es que articula proyectos políticos desde esa racionalidad. ¿Cómo tolerar que haya un nivel de autonomía inferior que pueda desviar un ley un poquito de rumbo?

Anónimo dijo...

mmmm...nice